Luego que hace unas semanas el
Congreso Nacional rechazara los tres proyectos de ley para legalizar el aborto
terapéutico, la sociedad chilena vivió una verdadera polarización, entre
aquellos y aquellas adherentes a formar de interrumpir el embarazo en caso de
inviabilidad del feto, y quienes están a favor de la vida.
Entre estos últimos, nos encontramos con las iglesias católica y evangélica, cuyos máximos representantes se mostraron en contra del aborto terapéutico y aplaudieron su rechazo en el hemiciclo.
PASTOR MARÍN: “CUALQUIER INTENTO DE INTERRUMPIR LA VIDA DE UN SER HUMANO ES CONSIDERADO UN PECADO Y UN DELITO ANTE LA LEY”
El pastor Nolberto Marín Casanova, líder de la Iglesia Alianza Cristiana Misionera de Talca, y miembro del consejo de pastores de la Región del Maule, señaló respecto a la oposición de su iglesia al aborto terapéutico que “nosotros fuimos creados a imagen y semejanza de Dios según la historia del Génesis del Antiguo Testamento, y ni siquiera validamos la idea de la evolución, sino que somos creación directa de nuestro Señor. Él nos entregó autoridad sobre la naturaleza, y en ese sentido creemos que la vida humana es sagrada por ningún motivo hay que atentar en contra de ella (…) Cualquier intento de interrumpir la vida humana es considerado un pecado por nosotros y un delito ante la ley”.
Marín agregó que aplaudió el rechazo que le dio el congreso nacional a estos proyectos de ley pues “legalizar el aborto terapéutico es la antesala para aprobar otros tipos de abortos más adelante”.
MONSEÑOR HORACIO VALENZUELA: “LA VIDA DE TODO SER HUMANO ES SAGRADA”
Para Monseñor Horacio Valenzuela, Obispo de la diócesis de Talca, el rechazo por parte del congreso a los tres proyectos de ley de aborto terapéutico, tiene relación a los cerca de 45 millones de abortos que se realizan en el mundo todos los años, y que le quitan la vida a seres indefensos. “El término aborto terapéutico se contradice, pues terapia es un método para sanar, y el aborto es quitar la vida” sostiene Monseñor Horacio, agregando que “La vida de todo ser humano es sagrada. Bien podríamos hablar de una intervención quirúrgica que buscaría salvar la vida de ambos, pero que en cuyo proceso lamentáramos la muerte del feto. Una cosa es salvar a toda costa la vida, aunque ese feto venga con malformaciones, y otra distinta es quitarle la vida y no permitir que nazca”.
Entre estos últimos, nos encontramos con las iglesias católica y evangélica, cuyos máximos representantes se mostraron en contra del aborto terapéutico y aplaudieron su rechazo en el hemiciclo.
PASTOR MARÍN: “CUALQUIER INTENTO DE INTERRUMPIR LA VIDA DE UN SER HUMANO ES CONSIDERADO UN PECADO Y UN DELITO ANTE LA LEY”
El pastor Nolberto Marín Casanova, líder de la Iglesia Alianza Cristiana Misionera de Talca, y miembro del consejo de pastores de la Región del Maule, señaló respecto a la oposición de su iglesia al aborto terapéutico que “nosotros fuimos creados a imagen y semejanza de Dios según la historia del Génesis del Antiguo Testamento, y ni siquiera validamos la idea de la evolución, sino que somos creación directa de nuestro Señor. Él nos entregó autoridad sobre la naturaleza, y en ese sentido creemos que la vida humana es sagrada por ningún motivo hay que atentar en contra de ella (…) Cualquier intento de interrumpir la vida humana es considerado un pecado por nosotros y un delito ante la ley”.
Marín agregó que aplaudió el rechazo que le dio el congreso nacional a estos proyectos de ley pues “legalizar el aborto terapéutico es la antesala para aprobar otros tipos de abortos más adelante”.
MONSEÑOR HORACIO VALENZUELA: “LA VIDA DE TODO SER HUMANO ES SAGRADA”
Para Monseñor Horacio Valenzuela, Obispo de la diócesis de Talca, el rechazo por parte del congreso a los tres proyectos de ley de aborto terapéutico, tiene relación a los cerca de 45 millones de abortos que se realizan en el mundo todos los años, y que le quitan la vida a seres indefensos. “El término aborto terapéutico se contradice, pues terapia es un método para sanar, y el aborto es quitar la vida” sostiene Monseñor Horacio, agregando que “La vida de todo ser humano es sagrada. Bien podríamos hablar de una intervención quirúrgica que buscaría salvar la vida de ambos, pero que en cuyo proceso lamentáramos la muerte del feto. Una cosa es salvar a toda costa la vida, aunque ese feto venga con malformaciones, y otra distinta es quitarle la vida y no permitir que nazca”.
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